martes, 24 de abril de 2012

Historias del siglo xx


En 1993, Eduardo Frei Ruiz-Tagle llegó a la presidencia con un estilo conservador. Continuó con la política de consensos en el área política y centró su gestión en la eliminación de la extrema pobreza y en el aumento de la competitividad del país en el exterior. En función de ello, enfatizó el desarrollo educativo y tecnológico, el fortalecimiento de la democracia y la modernización del Estado. Además, se inició una reforma que planteó un aumento del gasto en educación para inversiones destinadas a extender la jornada escolar y el fortalecimiento de la docencia.
En lo económico, con el objetivo de generar un clima atractivo para los inversionistas y aumentar la tasa de crecimiento, el gobierno siguió dando impulso al desarrollo del modelo neoliberal. Dentro de este esquema, con una economía estable y vigorosa, el país experimentó una gran bonanza económica.
El 11 de marzo de 2000, Ricardo Lagos Escobar se convirtió en el nuevo presidente de la República. Desde el primer momento, imprimió su sello en la manera de ejercer el cargo: trabajó en terreno y en cercanía con las personas e implementó una política de puertas abiertas. Uno de los ejemplos más claros es que, a dos días de asumir el mando de la Nación y tras casi tres décadas de mantener las puertas de La Moneda cerradas al público, decidió abrir el Palacio y compartir con la gente este patrimonio histórico. Durante su mandato, se ha empeñado en la profundización de las posibilidades de crecimiento igualitario, en el desarrollo de grandes obras públicas (en el contexto del próximo Bicentenario) y en la mayor integración del país al mundo globalizado.
              

Leyenda de la edad media


Cuenta una vieja leyenda de la Edad Media, un hombre muy virtuoso fué injustamente acusado de haber asesinado a una .
En realidad el verdadero autor era una persona muy influyente del reino, y por eso desde el primer momento se buscó un chivo expiatorio para encubrir al culpable.
El hombre virtuoso fue llevado a juicio, ya conociendo que tendría escasas o nula oportunidad de escapar al terrible veredicto, ¡la horca! El juez, no obstante estar también complotado, cuidó darle al proceso todo el aspecto de un juicio justo. Por ello dijo al acusado;
"Conociendo tu fama de hombre justo y  del Señor, vamos a dejar en manos de Él tu destino; escribiremos en dos papeles separados las palabras "culpable" e "inocente". Tú escogerás , y será la mano de Dios la que decida tu destino". Por supuesto que el mal funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda, CULPABLE. La pobre víctima, aun sin conocer los se daba cuenta de que el sistema propuesto era una trampa. No tenía escapatoria.